Al cabo de una hora de camino apareció a lo lejos una ciudad adormecida a orillas de un río sinuoso, y a sus espaldas, sobre una colina, una enorme y oscura fortaleza, con torres y torreones, una escena que hasta ahora sólo había visto en las ilustraciones.
-¿Bridgeport? -pregunté.
-Camelot -respondió.