miércoles, agosto 15, 2018

Ender y la jerarquía de la exclusión

Post de literatura, total no me lee nadie...

¿Leyeron El juego de Ender, de Orson Scott Card? Es el primer libro de una saga con altibajos, de un autor que cómo personaje público es controversial. Y sin embargo tiene un montón de ideas interesantes.

 

Ender (¿supongo que una traducción sería Finalizador o tal vez Exterminador?) es un niño pequeño, que vive en la Tierra en un futuro relativamente cercano.

Ender es educado en un programa gubernamental para superdotados, cuyo objetivo es entrenar desde la más tierna infancia a los más inteligentes, para que sean estrategas y comandantes militares.

La humanidad está en guerra contra una especie alienígena, y la está perdiendo. Necesita estrategas excepcionales que puedan entender como planifica una batalla una mente extraña, y anticiparse a sus movimientos.

Para eso educan a Ender y a otros niños


El programa de educación es duro, y Ender sufre bullying por parte de los chicos mayores, porque es pequeño y débil. Él evita las peleas y sólo se defiende cuando sabe que puede ganar. Pero entonces sus contrataques son definitivos: cada vez que gana una batalla, se asegura de que el mismo enemigo no volverá a agredirlo jamás.

Por eso es seleccionado para comandar la guerra.
Ender estudia a los enemigos insectores para saber cómo piensan y estar así en condiciones de destruirlos. Pero una vez que los entiende, ya no quiere hacerlo. Cuando te ponés completamente en el lugar del otro, hasta comprender sus motivaciones más profundas, ya no podés odiarlo.

 

De una manera que no voy a contar para no arruinar la lectura, la guerra se gana y el enemigo es exterminado. Ender se siente profundamente culpable, porque entiende las razones de su enemigo, y dedica el resto de su vida a reparar su crimen.


Cambia de nombre, y se transforma en la voz de los muertos que interpela a la humaniad en nombre de la Reina Colmena y su especie insectora exterminada. Echa sobre su propia memoria un manto de ignominia, haciendose recordar como Ender el xenocida. Y desarrolla una jerarquía de exclusión para analizar la relación de la humanidad con otras especies inteligentes.

Tal jerarquía es interesante, incluso para usarla ahora y en la Tierra, y ayuda a entender a qué consideramos el otro.

  • Utlanning es el forastero, a quien si bien no conocemos, podemos identificar fácilmente como humano y como miembro de nuestro propio grupo.
    Uno de los nuestros.
  • Främling es el extranjero, de quien vemos que es como nosotros, pero participa de una cultura ajena que no compartimos.
    Como nosotros, pero no de los nuestros
  • Ramen es el ajeno. Es claramente diferente a nosotros, es miembro de otra especie, pero podemos comprenderlo. El enemigo insector que Ender destruyó era ramen.
    Otro pero comprensible
  • Varelse es el alieno. Es diferente a nosotros, al punto de ser incomprensible, extraño, aterrorizante.
    Otro incomprensible

Buena parte de la saga se centra en el debate sobre los derechos. ¿En qué nivel de esa jerarquía está el límite entre lo que es una persona en un sentido moral y lo que no lo es? ¿En qué escalón está la frontera entre quien es digno de derechos y quien no?

  • Podés reconocerle derechos a un ramen, porque él puede hacer lo propio con vos.
  • Pero si le das derechos a un varelse, solo podés perder, porque nunca habrá reciprocidad.

Y el problema se complica al notar que esa clasificación no es absoluta. El enemigo que Ender exterminó era varelse. Atacó sin provocación y mató a miles. Pero cuando Ender lo comprendió lo vio como ramen. Su mente colmenar no sabía que estaba haciendo daño al matar humanos particulares.

 

Si les gusta la buena ciencia ficción, lean El juego de Ender. Hay una película también, bastante respetuosa de las ideas centrales. El resto de la saga también es recomendable, si bien varía mucho los temas, el tono y hasta la forma de narrar.

 

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